Economía rosquilla: Una alternativa para combatir la crisis por el Covid-19.

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Un nuevo paradigma en la Economía.


Foto: Google 



 

Definición del modelo:


Esta propuesta lanzada por una académica de Oxford llamada  Kate Raworth, sostiene que “necesitamos una nueva historia económica, un relato de nuestro futuro económico común que sea apropiado para el siglo XXI".La sustancia de su rosquilla es el área (bidimensional) entre dos círculos concéntricos. 


El exterior marca el límite del techo ecológico, más allá del cual se pone en riesgo la sostenibilidad del planeta. El círculo interior contiene el conjunto de necesidades sociales que satisfacer mediante la actividad económica: las materiales, como el agua, la energía, el alimento, la vivienda; las vitales, como la educación o la salud, y también las sociales, como la paz, la justicia, la equidad social, la igualdad de género y la participación política.


Inspiración para la Agenda 2030:

 Está teoria dando mucho de que hablar en los círculos de la sostenibilidad y hasta ha inspirado el diseño del logotipo de los ODS Agenda 2030 propuesta por la ONU en el año 2015. Con  la crisis provocada por el coronavirus  en el año 2020 toma  más protagonismo, este nuevo modelo económico quiere superar el PIB como medida de progreso y sustituirlo por un diagrama en el que necesidades sociales y recursos naturales se aseguran y respetan. Ámsterdam ya se ha decidido a intentar ponerlo en práctica.

 

El modelo del donut comenzó a circular en 2012 gracias al trabajo en Oxford su autora, quien en 2018 publicaba en España el libro titulado Economía rosquilla: 7 maneras de pensar la economía del siglo XXI (Paidós, 2018). 


El anillo verde intermedio representa exactamente la dimensión en la que la humanidad y el planeta conviven de forma saludable.

Kate Raworth 

 

Sus ideas han tenido influencia desde entonces entre los expertos en sostenibilidad e incluso saltó a la calle siendo usado como base teórica para movimientos como el Occupy London, aunque está siendo a raíz de la Covid-19 cuando está despertando más interés todavía.


Bases del modelo:


Su modelo se explica a través de un diagrama en forma de rosquilla. El anillo interior representa las 12 necesidades humanas básicas que hay que cubrir para la asegurar la función social; el anillo exterior es el techo ecológico que tenemos, los límites marcados por la finitud de los recursos naturales. El anillo verde intermedio representa exactamente la dimensión en la que la humanidad y el planeta conviven de forma saludable. En  el círculo interior del logotipo donde debemos movernos, pues permite satisfacer las demandas materiales de la humanidad sin salirse de los límites.

 

Por un lado, las necesidades centrales son las que ya están bajo el paraguas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, acordados por los países miembros de la ONU. Por otro, la parte exterior del donut se basa en parte en el concepto de los límites del planeta acuñado en 2009 por el Centro de Resiliencia de Estocolmo.

 

Estos van desde el cambio climático, a la pérdida de la biodiversidad, el cambio en el uso del suelo, la desaparición del ozono, la “acidificación” de los océanos, el uso del agua,  etc. En ese momento, 2009, cuatro de los nueve límites planetarios clave para la estabilidad del planeta ya se habían sobrepasado.


Foto: Google 



Alternativa para combatir la crisis por el Covid-19:


 Con  la crisis provocada por el coronavirus  en el año 2020 toma  más protagonismo, este nuevo modelo económico quiere superar el PIB como medida de progreso y sustituirlo por un diagrama en el que necesidades sociales y recursos naturales se aseguran y respetan. Ámsterdam ya se ha decidido a intentar ponerlo en práctica.


En el libro Economía rosquilla, se identifica siete aspectos cruciales en los que la economía convencional nos ha llevado por el mal camino, y establece una hoja de ruta para conducir a la humanidad a un punto ideal donde puedan satisfacerse las necesidades de todos con los medios del planeta.

 

En este trayecto, la autora revela cómo la obsesión por el equilibrio ha dejado a los economistas indefensos a la hora de afrontar el auge y caída de la economía del mundo real y, al mismo tiempo, crea un modelo económico de vanguardia apropiado para el siglo XXI; un modelo en el que una brújula en forma de dónut señala el camino hacia el progreso humano.




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